
A partir de este argumento, Hall plantea
la presencia de tres tipos o variedades principales de decodificación del
discurso televisivo que pertenecerían a la respuesta del lector en términos de
su condición social: “lectura dominante” (el espectador captura el significado
de un programa televisivo en su sentido literal y decodifica el mensaje en
términos del código en el que ha sido codificado), la “lectura negociada”
(cuando el televidente acepta la legitimidad del código dominante, pero adapta
la lectura a su condición social específica) y finalmente la “lectura
oposicional” (cuando el espectador se opone radicalmente al contenido que
ofrecen los medios).
Los principales límites de este
modelo parecen localizarse en la equiparación de distintos fenómenos bajo la
etiqueta común de descodificación, es decir, la comprensión / incomprensión,
por un lado, y la adhesión / desacuerdo ideológico por otro. “También ha sido criticada la vaga definición
que ofrece sobre el concepto de lectura preferente o dominante y la presencia
de un cierto determinismo sociológico que encontramos, por ejemplo, en la idea
de que pertenecer a diferentes categorías sociodemográficas (raza, clase o
censo) se relaciona directamente con distintas lecturas de los mensajes”
(Cassetti, Di Chio 1999; 304).
No hay comentarios:
Publicar un comentario